¿Qué
hay que enseñar a los hijos? Todos los padres dicen que lo único que quieren es
que sus hijos sean felices. No hay fórmulas mágicas para educar bien. Para
enseñar ética no hay expertos, se necesita a toda la sociedad.
1. LA AUTOESTIMA: Es muy
importante, para que un niño se acepte a sí mismo, es necesario que primero
empiecen por aceptarlo sus padres. Que no lo idealicen ni proyecten en él lo
que no es, ni quizá pueda llegar a ser nunca. Educar es intentar extraer lo
mejor de cada uno mismo. Lo que el niño difícilmente reconocerá por sí mismo,
llegará a descubrirlo con la ayuda de sus padres si éstos saben darle la imagen
más favorable y menos falsa de sí mismo.
2. LA AMISTAD: Se considera
como uno de los valores más importantes a desarrollar en la educación de un
niño. Pues se trata, del afecto personal (puro y desinteresado) compartido con
otra persona que nace y se fortalece mediante las interrelaciones entre los
seres humanos.
3. LA AMABILIDAD: Aprender a
escuchar, a sonreír, a mostrarse agradecido y de buen humor, hacer que el otro
se sienta a gusto y no ser siempre una molestia para los demás, es un rasgo
elemental de la buena educación, sea o no auténtico.
4. LA AUTODISCIPLINA: Es la capacidad
para resistir la tentación de hacer cosas que lastimen a otras personas o a
nosotros mismos. Se define también, como la capacidad para fijar una meta
realista o formular un plan y saber cumplir con dicho propósito.
5. LA FELICIDAD: La felicidad no
consiste en tenerlo todo ni en conseguir todo lo que uno se propone. Ser
ambicioso es positivo, pero dado que no todo saldrá a nuestro gusto, es preciso
aprender a superar y vencer las adversidades. La satisfacción de cualquier
capricho, el recurso a los regalos como solución del aburrimiento, el consumo
sin límites, favorecen la confusión de la felicidad con la satisfacción
inmediata. De esta forma el niño acaba convenciéndose de que solo teniendo y
comprando cosas se puede ser feliz.
La
felicidad solo se consigue en compañía. Necesitamos a los otros para vivir y
ser un poco felices. Hay una búsqueda de felicidad que acaba siendo
autodestructiva. La adicción a las drogas, la promiscuidad sexual, son notificaciones
de placeres que, a falta de control, acaban volviéndose contra uno mismo.
6. LA COMPASIÓN: A veces, los
padres pensamos que nuestros niños son demasiado pequeños para comprender
ciertas actitudes (Ej. La compasión). Pero precisamente por ser niños y
tremendamente sensibles, cuentan con la capacidad de captar emociones y
sentimientos tan delicados como la piedad o la compasión.
7. EL DOLOR: La pedagogía paterna no tiene más remedio
que entrar en ese campo: enseñar a enfrentarse y a responder al dolor, a
aceptarlo cuando es inevitable o cuando puede producir un bien mayor, y a
rechazarlo, cuando es inútil y superfluo. Aceptar el dolor inevitable es una
primera lección. La segunda va en sentido contrario: hay mucho dolor en el
mundo evitable pues depende de nosotros que disminuya o desaparezca.
8. LA FE: Se considera
como un valor personal (comienza en la familia y en el hogar) y es requisito
indispensable para llevar a feliz término cualquier proyecto que se inicie.
9. LOS BUENOS
SENTIMIENTOS: Pensamos
que el sentimiento es lo más espontáneo y natural que hay en el hombre. Sin
embargo, los sentimientos también se educan y es posible aprender a
gobernarlos. Es decir, que la solidaridad con el que sufre y que no es mi
hermano, ni mi amigo, no se produce por arte de magia, sino que requiere de un
aprendizaje y un entrenamiento. En tal sentido: «No hagas a los demás lo que no
quieres que te hicieran a ti». Esa es la base de los buenos sentimientos.
10. EL CORAJE: Se considera la valentía de los sabios.
Radica en saber que es lo que se debe temer. La temeridad es lo contrario del
coraje, algunos la confunden con falta de miedo. El coraje sale a relucir
frente a las injusticias, en las personas bien formadas.
11. EL BUEN HUMOR: La felicidad no
es lo mismo que el buen humor, pero el buen humor es una de las manifestaciones
de la felicidad. No perder el humor es, sobre todo, un signo de inteligencia y
supone un recurso para aceptarse a sí mismo y para remontar las adversidades
que nunca faltan. El humor cura, ayuda a sobrevivir y es liberador. Se aprende
por la influencia de las costumbres y del entorno.
12. LA PERSEVERANCIA: Es un esfuerzo
continuo. Es alcanzar lo que uno se propone y buscar soluciones a las
dificultades que se puedan presentar. El que persevera, alcanza.
13. LA GENEROSIDAD: La solidaridad
puede ser el punto de llegada, pero se empieza por la generosidad. Enseñar a
nuestros hijos a ser solidarios es enseñándoles a ser generosos. Enseñarle a un
niño a ser generoso, es enseñarle a no vivir tan apegado a lo suyo, enseñarle a
dar, y no solo a recibir. La generosidad es también el antídoto del egoísmo.
Significa poner lo que uno tiene al mismo tiempo al servicio de aquel que tiene
menos o al que le faltan muchas cosas.
14. LA HONESTIDAD: Es un valor
fundamental en la formación de la personalidad de un niño, ya que es, la base
de las relaciones personales en la que la proyección hacia el otro, implica un
afecto personal desinteresado y un respeto que se fortalece a través de la
misma interrelación.
15. EL TRABAJO: Importante
valor que debemos enseñarles a nuestros hijos, ya que con el, adquirimos
cualidades coma la laboriosidad, la perfección en las tareas realizadas, la
puntualidad, la alegría, el optimismo y la justicia.
16. LA LEALTAD: Es el cumplimiento con la palabra que se ha dado. Es leal, aquel que responde a una obligación que tiene con los demás.
16. LA LEALTAD: Es el cumplimiento con la palabra que se ha dado. Es leal, aquel que responde a una obligación que tiene con los demás.
17. LA RESPONSABILIDAD: Supone asumir las consecuencias de los propios actos, no solo ante uno mismo sino ante los demás.
¿Cómo puede aprender un niño a responder de sus actos si no hay normas? ¿Cómo enseñar que algo está mal si no se produce al mismo tiempo un sentimiento de rechazo hacia lo malo? La moral no es una cuestión de razón, sino de sentimientos. El niño no aprenderá a comportarse correctamente si no siente, al mismo tiempo, que ciertas cosas son mejores que otras.
18. EL CARÁCTER: Se forma
inculcando hábitos a base de la repetición y la rutina, aun cuando el infante
no esté de acuerdo, pues la idea es que le guste lo que le deba gustar; es una
forma de adaptarlo a las costumbres bajo las que nos regimos.
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