Se dice que muchas personas manejan como animales, pero en Nueva Zelanda hay perros que manejan mucho mejor que los humanos.
El
perro protagonista de serbios se llama Monty, un perro muy bien entrenado de
raza schnauzer. Sus amos lo abandonaron porque según ellos era muy difícil
de controlar.
El
entrenamiento comienza en casa, donde el perro aprende los movimientos básicos;
una y otra vez repite los movimientos de aplastar botones y mover palancas.
Una
vez que sabe mover la palanca comienza la práctica con el volante, y en siete
semanas los perros están listos para salir a las pistas.
Pareciera
algo cómico, pero el objetivo es muy serio.
La
asociación benéfica que los entrena en Auckland, en Nueva Zelanda, quiere conseguir
que la gente adopte más perros abandonados y creen que pueden conseguirlo si el
público ve lo tan inteligente que pueden ser los canes.
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