Nació en Isnotú (estado Trujillo), el 26 de octubre de 1864. Muere en
caracas el 29 de junio de 1919.
Sus Estudios: Inicia los estudios
de primaria en Trujillo hasta los 13 años de edad. Con 13 años cumplidos, viaja
a Caracas donde establece su domicilio y estudia en el colegio Villegas de
Caracas hasta recibir el título de
bachiller en Filosofía en 1884. Desde muy joven se intereso por la
medicina, motivo por el cual, logra alcanzar el título de médico en la Universidad Central de Venezuela (29 de
junio de 1888).
Especializaciones: Microbiología, Histología Normal,
Patología, Bacteriología y Fisiología Experimental en Europa.
Publicaciones Científicas: “Elementos de Bacteriología”
(1906), “Sobre la Angina de Pecho de Naturaleza Palúdica”, “Elementos de
Filosofía” (1912).
Logros: Fue nombrado
profesor de la primera cátedra de Bacteriología en América del Sur y ejerció la
docencia hasta 1916.
Vocación Religiosa: Se postula para ser
sacerdote, pero ocho meses después, y todo debido a las rigurosas normas que
debía cumplir, además de someter el cuerpo a constantes privaciones (dejar de
comer y beber por varios días, evitar el contacto con otros seres humanos,
soportar temperaturas bajo cero, entre otras reglas), su salud se ve gravemente
afectada, por lo que en contra de su voluntad, se ve obligado a dejar los
hábitos.
Día Fatídico: el doctor José
Gregorio Hernández perdió la vida en un accidente automovilístico el día 29 de
junio de 1919 a las 02:15 de la tarde.
El admirado y prestigioso especialista se dirigía apresuradamente a
atender una paciente de escasos recursos, por lo que entro a la botica
(farmacia) de Amadores y compro unas medicinas.
El Expediente: Según el expediente
Nº 32 del tribunal de la causa (Tribunal de Primera Instancia en lo Criminal
del Distrito Federal): el doctor José Gregorio salió con paso apurado entre las
estrechas calles y en las esquinas de Amadores y Cardones (en La Pastora,
Caracas), fue atropellado por un automóvil conducido por un amigo personal del
doctor.
Fernando
Bustamante, chofer del auto involucrado, declaro ante dicho tribunal: “Nadie ha
lamentado más que yo, ni a nadie puede haberle sido más sensible y dolorosa que
a mí la muerte casual del sabio y santo doctor José Gregorio Hernández”.
Bustamante
explicó que el guardafangos de su auto, un Essex 1918 de la serie Súper Six, fabricado
por la casa Hudson, tocó el muslo de la pierna izquierda del médico y este
perdió el equilibrio, trató de agarrarse a un poste pero se enredó y cayó
aparatosamente, recibiendo un golpe mortal en su cabeza con el filo de la
acera.
Tiempo Después: Bustamante, relato 30
años después, en una entrevista concedida al reportero Óscar Yanes, lo
siguiente: “Ni él pudo ver el carro, ni yo lo pude ver a él”.
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