lunes, 30 de junio de 2014

DR. JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ (Parte 2/2)

Camino a la Muerte…

Dr.José Gregorio Hernández
(1864 - 1919)
“La mañana del día en que moriría, el doctor José Gregorio Hernández, cumplía 31 años de haber aprobado su examen de grado en la Facultad de Medicina y en la tarde del día anterior, se había firmado en Versalles el tratado que oficialmente daba fin a la Gran Guerra”.

El domingo 29 de junio de 1919, pasado el medio día, el Dr. Hernández reposaba en su casa en una silla mecedora, cuando un amigo pasó a visitarlo y a felicitarle por el aniversario de su graduación. Este al verle tan regocijado le pregunta: ¿A qué se debe que esté tan contento doctor?

A lo cual, Hernández le responde con un brillo especial en la mirada: ¡Cómo no voy a estar contento! – ¡Se ha firmado el Tratado de Paz! ¡El mundo en paz! – ¿Tiene usted idea de lo que esto significa para mí?

El amigo complacido con la respuesta, lo acompaño en su entusiasmo, acto seguido, el medico se le acerca y en un tono íntimo le dice: Voy a confesarle algo: Yo ofrecí mi vida en holocausto por la paz del mundo… Ésta ya se dio, así que ahora solo falta…

El doctor interrumpió su frase con un gesto radiante… Su amigo se alarmo un poco por lo que había escuchado pero nunca imagino lo cerca que estaba de cumplirse esa ofrenda.

José Gregorio Hernández continuo sentado en la sala de su casa. Varios amigos habían pasado a felicitarlo por su aniversario de grado. Él esperaba, como todos los domingos, compartir la tarde en familia hasta que llegase la hora de la misa vespertina. Era cerca de las dos de la tarde cuando varios golpes estremecieron la puerta de madera de su casa, era un vecino alarmado, buscando al medico para que atendiera a una de sus pacientes en la cuadra de Cardones. Una anciana de escasos recursos que estaba gravemente enferma. El doctor no tardo ni un minuto en salir al encuentro de la necesitada.

Debido al caso, el medico entro a la botica de Amadores y compro unas medicinas. José Gregorio Hernández salió del mencionado lugar y al intentar cruzar la pequeña calle para bajar hacia Cardones, fue golpeado por un automóvil conducido por un amigo personal del doctor (Fernando Bustamante).

El involuntario homicida, fue juzgado desde el mismo 29 de junio de 1919. El día 3 de julio de 1919 el juez del caso decreto la detención de Bustamante en la cárcel pública. El día 4, tanto el implicado como los testigos declararon y coincidieron que el suceso se debió a un infortunado accidente y que por parte del acusado no había intensión alguna de causar daño.

El proceso continuo, y el día 30 de aquel mes, un fiscal dirigió un oficio al juez del caso, donde la fiscalía imputada el delito de homicidio por imprudencia y solicitaba la pena corporal correspondiente. El 1 de agosto, la familia Hernández envía un escrito al juez, aclarando que ellos no solicitaban castigo alguno para el acusado. Para ellos, lo sucedido se debió a un accidente. Creían que lo ocurrido en la tarde de aquel domingo 29 de junio de 1919, era la voluntad de Dios y por tanto se conformaban con acatar el designio divino.

Este noble gesto, llevó al fiscal a rectificar su petición y el 17 de noviembre le envía un escrito al juez de la causa dejando por asentado que no existía culpabilidad alguna sobre el acusado y solicitaba respetuosamente, con entera convicción que el veredicto de Fernando Bustamante fuera absolutorio. El 2 de diciembre de ese año, el expediente es remitido a la Corte Superior penal. El 11 de febrero de 1920, la corte confirmó la absolución y dispuso que se expidiera la respectiva libreta de excarcelación.

Fernando Bustamante estaba libre pero con la imagen de haber dado muerte a su amigo el Dr. José Gregorio Hernández. Ese recuerdo lo acompañaría como una pesadilla el resto de su vida. Bustamante falleció a los 90 años, el 1 de noviembre de 1981, día en que la iglesia católica reserva a todos los santos.

Más Información en: http://cronicasdeltanato.wordpress.com/la-muerte-de-jose-gregorio-hernandez/

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