La Quimioterapia
"Tratamiento Químico"
Se utiliza desde los días de la antigua Grecia. Sin embargo, no fue sino hasta la década de 1940 cuando comenzó a utilizarse la quimioterapia para el tratamiento del cáncer con el uso de la mostaza nitrogenada. Desde entonces, se han desarrollado y probado muchos fármacos nuevos en un intento por descubrir qué es eficaz en la quimioterapia. El término "quimioterapia", a veces sencillamente "quimio", se usa con mayor frecuencia para describir los fármacos que destruyen las células cancerosas directamente. Éstos a veces reciben el nombre de fármacos "anticancerosos" o "antineoplásicos". Las terapias actuales utilizan más de 100 fármacos para tratar el cáncer. Aún mayor es el número de fármacos de quimioterapia que se encuentran en fase de desarrollo e investigación.
La quimioterapia: Es el uso de fármacos para destruir las células cancerosas. Estos fuertes medicamentos circulan en el torrente sanguíneo y dañan directamente las células que están creciendo en forma activa. Debido a que, por lo general, las células cancerosas crecen y se dividen más rápidamente que las células normales, son más susceptibles a la acción de estos fármacos. Sin embargo, el daño a las células normales es inevitable y explica los efectos secundarios vinculados a estos fármacos.
¿Para qué se utiliza la quimioterapia? La palabra "cáncer" se utiliza para describir muchas enfermedades diferentes y no hay un tipo de tratamiento único que se utilice universalmente. La quimioterapia se usa con diversos objetivos:
Para curar un cáncer específico.
Para controlar el crecimiento de tumores cuando la cura no es posible.
Para reducir el tamaño de los tumores antes de una cirugía o terapia de radiación.
Para aliviar los síntomas (como el dolor).
Para destruir las células cancerosas microscópicas que puedan quedar presentes después de la extirpación quirúrgica de un tumor (en este caso, se denomina tratamiento adyuvante). El tratamiento adyuvante se suministra para evitar una posible reincidencia del cáncer.
Usos de la quimioterapia tradicional: A menudo, la quimioterapia se utiliza como tratamiento adyuvante (tratamiento administrado después de una cirugía o radioterapia) para destruir las células cancerosas restantes. También puede utilizarse como terapia neoadyuvante (tratamiento administrado antes de una cirugía o radioterapia para encoger los tumores). Para los cánceres de la sangre o del sistema linfático, como la leucemia o el linfoma, es posible que la quimioterapia sea el único tratamiento administrado. Además, la quimioterapia se utiliza para tratar el cáncer recurrente (el cáncer que regresa después del tratamiento) o el cáncer metastásico (el cáncer que se ha diseminado a otras partes del cuerpo).
Objetivos de la quimioterapia: Los objetivos del tratamiento con quimioterapia dependen del tipo de cáncer y de cuánto se haya diseminado. En algunas situaciones, el objetivo principal de la quimioterapia es eliminar las células cancerosas e impedir su recurrencia. Si no es posible eliminar el cáncer, la quimioterapia puede usarse para controlar el cáncer retrasando su crecimiento o para reducir los síntomas provocados por el cáncer (lo que se denomina “terapia paliativa”).
Plan de tratamiento de quimioterapia: Hay más de 100 fármacos disponibles para tratar el cáncer. Con frecuencia, los oncólogos clínicos, médicos que se especializan en el tratamiento del cáncer con medicamentos, combinan fármacos para tratar más eficazmente el cáncer de un paciente.
Según el tipo de quimioterapia recomendada, algunas personas pueden recibir tratamientos en el consultorio de su médico, en una clínica ambulatoria o en el hospital, mientras que otras pueden recibir quimioterapia en su hogar. Algunos regímenes (programas) de quimioterapia consisten en una cantidad específica de ciclos administrados durante un período de tiempo determinado, mientras que otros se administran durante el tiempo que sean eficaces contra el cáncer.
Muchos de los fármacos de quimioterapia tradicional no pueden administrarse todos los días sin provocar efectos secundarios graves. Por lo tanto, generalmente se administran de manera intermitente, con períodos de tratamiento seguidos de períodos de recuperación. Esto les da tiempo a las células sanas (no cancerosas) para que se curen. Por ejemplo, un paciente puede recibir una semana de tratamiento seguida de tres semanas de recuperación (un ciclo). Varios de estos ciclos completan un curso de quimioterapia, que en general dura tres meses o más.
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